Diputados libertarios visitan a condenados por crímenes de lesa humanidad: una maniobra que revela la verdadera agenda del gobierno de Javier Milei.
Redacción EnOrsai // Jueves 18 de julio de 2024 | 09:36
Un grupo de diputados de la Libertad Avanza ha desatado la indignación al visitar a condenados por delitos de lesa humanidad, incluyendo a figuras nefastas como Astiz y Pernías. Esta acción no es un acto aislado, sino un reflejo de una afinidad ideológica que cuestiona los fundamentos democráticos de Argentina y plantea serias dudas sobre el rumbo del país bajo el liderazgo de Milei y Villarruel.
El reciente escándalo protagonizado por los diputados libertarios que visitaron a condenados por crímenes de lesa humanidad ha generado una oleada de indignación en Argentina. Este evento, que muchos consideran una provocación y un insulto a la memoria histórica del país, se alinea con la ideología del actual gobierno encabezado por Javier Milei y su mano derecha, Victoria Villarruel. Ambos han mostrado, de diversas maneras, su afinidad con un pasado oscuro y represivo, despertando temores sobre el futuro de la democracia en Argentina.
La visita a figuras como Alfredo Astiz y Antonio Pernías, responsables de algunos de los crímenes más atroces de la dictadura militar, no puede ser vista como un acto aislado. Según Eduardo Toniolli, diputado nacional por el Frente de Todos, esta acción es coherente con la visión y la agenda del actual gobierno. "No tengas dudas que eso es lo que piensa el gobierno. Es lo que piensa Victoria Villarruel principalmente, y también lo que piensa Javier Milei", afirmó Toniolli, resaltando la conexión ideológica entre los diputados libertarios y la nostálgica mirada al terrorismo de Estado y las políticas económicas de José Alfredo Martínez de Hoz.
En declaraciones realizadas en Radio 2, en el programa Radiópolis conducido por Roberto Caferra, Toniolli señaló que este acto de los diputados libertarios fue más allá de una simple visita. Representa un desafío directo a los valores democráticos y a las luchas históricas de los argentinos por la justicia y la memoria. Benedict y Montenegro, organizadores de la visita, lo hicieron bajo la mirada complaciente de las autoridades del gobierno, quienes, aunque ahora intentan distanciarse, estaban plenamente conscientes de la maniobra.
Toniolli señala que esta acción revela una contradicción interna en el electorado de Milei. Mientras que muchos votaron por una propuesta de reforma económica radical, pocos esperaban una reivindicación explícita del terrorismo de Estado. "El voto masivo a la Libertad Avanza en noviembre estuvo mucho más ligado a un apoyo a una reforma radical y estructural de la economía [...] mucho menos a una reivindicación explícita del terrorismo de Estado", afirmó Toniolli, sugiriendo que el apoyo popular puede verse seriamente erosionado ante estas acciones.
La visita a los genocidas ha sido vista como una línea cruzada, incluso por aquellos que, dentro del ámbito legislativo, han mostrado tolerancia al disenso político. "Acá me parece que hay un límite que se ha pasado, ¿no?", sostuvo Toniolli, quien ha mantenido relaciones cordiales con colegas de distintas ideologías políticas. Este límite no solo se relaciona con la acción en sí, sino con el mensaje implícito que transmite: una aceptación, y quizás hasta una admiración, por aquellos que cometieron atrocidades inenarrables durante la dictadura.
En la Argentina, a diferencia de otros países de la región, la dictadura fue derrotada no solo por la guerra de Malvinas, sino por la resistencia civil y las masivas protestas que reclamaron justicia y verdad. Esta lucha histórica forjó un consenso social en contra de la impunidad y en favor de los derechos humanos, un consenso que ahora está siendo desafiado por el gobierno de Milei.
Además, la visita a los genocidas no es un hecho aislado. En su artículo publicado en Infobae, el procurador del Tesoro, Rodolfo Barra, aboga por indultar a los genocidas, argumentando a favor de los indultos de Menem como un precedente a seguir. Esta postura, aunque legalmente inviable debido a la ley 27.156 que prohíbe los indultos para delitos de lesa humanidad, refleja un deseo dentro del gobierno de reescribir la historia y socavar los logros de décadas de lucha por los derechos humanos.
Las intenciones de Milei y su gobierno de socavar la memoria histórica y la justicia no solo son una afrenta a las víctimas de la dictadura y sus familiares, sino que también representan un peligro para el tejido democrático de Argentina. Al enviar emisarios como Benedict y Montenegro a visitar a los genocidas, el gobierno está enviando un mensaje claro: sus prioridades están alineadas con los sectores más oscuros y reaccionarios de la sociedad.
La respuesta de la sociedad civil ha sido contundente. La indignación y el repudio hacia estas acciones demuestran que, a pesar de los intentos del gobierno de Milei de reescribir la historia, los argentinos no están dispuestos a olvidar ni a perdonar. La memoria y la justicia son pilares fundamentales de la democracia argentina, y cualquier intento de socavarlos encontrará una resistencia feroz y decidida.
En conclusión, la visita de los diputados libertarios a los genocidas condenados no es solo una afrenta a la memoria histórica de Argentina, sino también un indicativo preocupante de la dirección en la que el gobierno de Javier Milei pretende llevar al país. La sociedad argentina, que ha demostrado tener anticuerpos fuertes contra este tipo de retrocesos, debe mantenerse vigilante y activa para preservar los logros de décadas de lucha por la verdad, la memoria y la justicia.
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