El Fondo Monetario Internacional presiona al gobierno de Javier Milei para devaluar y eliminar el impuesto país, poniendo en jaque la estabilidad económica y social del país. La dependencia de fondos externos y la política monetaria es incierta y estas demandas del FMI podrían desatar una crisis económica y social de proporciones alarmantes.
Walter Onorato // Martes 18 de junio de 2024 | 10:13
(Por Walter Onorato) El panorama económico de Argentina se encuentra en una encrucijada crítica bajo el mandato de Javier Milei. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mostrado sus cartas y exige medidas drásticas: una devaluación inminente y la eliminación del impuesto país, entre otras políticas monetarias y fiscales estrictas. Estas demandas, lejos de ofrecer una salida viable, podrían desatar una crisis económica y social de proporciones alarmantes.
En un reciente documento, el FMI urgió al gobierno de Milei a desarmar el llamado dólar blend antes de fin de mes. Este dólar, una combinación del 80% del valor oficial con el 20% del Contado con Liquidación (CCL), fue una herramienta heredada del gobierno de Massa y mantenida por Luis Caputo para beneficiar a los exportadores agrícolas. Sin embargo, el FMI rechaza este esquema por su incapacidad de fortalecer las reservas del Banco Central. La eliminación del dólar blend significaría una devaluación significativa del peso, llevando el dólar oficial a una cifra cercana a los 1400 pesos, según estimaciones de operadores del mercado.
La postura del FMI refleja su aversión a los múltiples tipos de cambio y los controles de capital. Además, el organismo exige la eliminación del impuesto país antes de que finalice el año, otra medida que promete generar fuertes repercusiones en la economía nacional. El documento del FMI es claro en sus condiciones: "Tras las medidas iniciales para deshacer las restricciones y controles cambiarios, las autoridades siguen comprometidas a deshacer todos los MCP y restricciones cambiarias, comenzando con las medidas más distorsionantes, incluida la eliminación del esquema de exportación preferencial 80:20 (finales de junio de 2024) y eliminar el impuesto país antes de finales de 2024".
La presión del FMI no se detiene ahí. El organismo también criticó el Bopreal, un bono creado por Caputo para aliviar la deuda de importaciones heredada del gobierno anterior. A pesar de su efectividad en mejorar el perfil de vencimiento de la deuda, el FMI considera que las políticas monetarias y cambiarias del país requieren un compromiso más prolongado y estricto para alcanzar los objetivos de acumulación de reservas.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, fue enfática en su encuentro con Milei en la cumbre del G20: no habrá fondos frescos para Argentina mientras persistan los controles cambiarios y no se establezca un programa monetario claro. Esta postura deja al gobierno argentino en una situación delicada, ya que depende de la ayuda internacional para estabilizar su economía.
La situación es aún más compleja debido a las expectativas del equipo económico del gobierno. Caputo esperaba contar con unos 15 mil millones de dólares adicionales del FMI para facilitar la eliminación del cepo cambiario. Sin embargo, el Fondo exige primero una devaluación, la eliminación del impuesto país y el levantamiento del cepo antes de considerar cualquier nuevo desembolso. Esta condición ha generado una respuesta desesperada del equipo económico, que ahora busca alternativas de financiamiento en otras entidades como el Banco Mundial, aunque sin grandes esperanzas de éxito sin el aval del FMI.
La insistencia del FMI en una política monetaria clara y en la eliminación del dólar blend contradice abiertamente las declaraciones públicas del equipo económico de Milei. Recientemente, el secretario de Finanzas Pablo Quirno y el propio Caputo negaron cualquier plan de devaluación inminente en posturas en redes sociales, lo que crea una disonancia entre la retórica oficial y las presiones internacionales.
La incertidumbre sobre el futuro económico de Argentina se agrava con la inflación proyectada por el FMI, que estima un aumento interanual del 140% para fines de 2024. La flexibilidad del tipo de cambio, oscilando entre 1200 y 1400 pesos para julio, y la expectativa de una meseta inflacionaria alrededor del 4% mensual, pintan un panorama sombrío.
El gobierno de Milei se encuentra ahora en una posición donde debe ganar tiempo. Algunos operadores económicos apuestan a un eventual triunfo de Donald Trump en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos, esperando que un cambio en la administración norteamericana pueda traer un alivio financiero. Sin embargo, esta especulación es arriesgada y depende de factores fuera del control del gobierno argentino.
En medio de este escenario, el FMI también exige una mayor austeridad fiscal. La reducción de subsidios y el aumento de tarifas son parte del pliego de condiciones, así como la presión para reinstaurar la cuarta categoría del impuesto a las ganancias. Estas medidas, destinadas a consolidar la estabilidad fiscal, podrían exacerbar el malestar social y la oposición política interna.
El exdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, ha señalado que Argentina necesita tres elementos para un nuevo acuerdo con el Fondo: fondos frescos, reperfilamiento de deuda y un marco de política creíble. Aunque Werner sugiere que el FMI también busca un nuevo acuerdo, la realidad es que las condiciones impuestas pueden resultar insostenibles para el país.
Argentina, con su historia de crisis económicas recurrentes, enfrenta nuevamente un desafío monumental. Las exigencias del FMI, aunque presentadas como soluciones técnicas, podrían desencadenar una espiral de inestabilidad y conflicto social. La dependencia de fondos externos y la presión para implementar políticas de austeridad y devaluación son una combinación peligrosa que amenaza con profundizar la crisis en lugar de resolverla.
Fuentes:
https://www.pagina12.com.ar/745332-fondos-frescos-y-reperfilamiento