(Por Diego Garbervetsky)  En una segunda parte de esta nota discutimos una tecnología en particular, llamada contact tracing, que ha ganado espacio en artículos de difusión en las últimas semanas, y explicamos por qué consideramos que se trata de una tecnología inadecuada para este momento en la Argentina. Eso no significa que la tecnología no tenga lugar en el combate contra el coronavirus. Creemos que sí la tiene, pero no siempre la última novedad es la solución más efectiva. La buena noticia es que ya existen propuestas tecnológicas mucho más simples que pueden ser herramientas muy efectivas ahora. Lo único que falta es que las adoptemos masivamente.

La aplicación Cuidar recientemente lanzada por el Ministerio de Salud de la Nación y la Secretaría de Innovación Pública, con el apoyo de la Cámara de la Industria Argentina del Software (la CESSI), el CONICET y la Fundación Sadosky, brinda algunas funcionalidad que son simples pero potentes si como sociedad nos abocamos a explotar su potencial.

Esta aplicación funciona como una especie de pasaporte sanitario digital. No en el sentido tradicional del término porque no pretende abarcar todos los aspectos de la salud. Se trata más bien de una credencial de circulación para la pandemia: combina el permiso de circulación expedido por las autoridades, con información de salud provista por vía de un autodiagnóstico y por el sistema de salud. En función de esta información, la app determina si podemos circular o no.

La app tiene otra función importante: si un autodiagnóstico indica que una persona tiene síntomas compatibles con covid-19, inmediatamente brinda información de contacto del sistema sanitario que corresponde de acuerdo a la ubicación (ya sea del municipio, ciudad o provincia), a la vez que acerca estos datos de contacto a las autoridades sanitarias.

¿Por qué decimos que puede funcionar como credencial de circulación para la pandemia? Porque brinda tres combinaciones posibles:

Tenemos personas sin síntomas compatibles con covid-19, con permiso de circulación para ir a trabajar, a cuidar familiares o a alguna de las actividades permitidas. Estas personas pueden abordar medios de transporte, circular con automóviles, etc. Llamemos a esta combinación credencial VERDE.

credencial verde

2. Tenemos personas sin síntomas compatibles con covid-19, pero que no tienen permiso de circulación. Estas personas pueden realizar compras en comercios de proximidad, pero no deberían poder abordar medios de transporte. Llamemos a esta combinación credencial AZUL.

credencial azul

3. Tenemos personas que con permisos de circulación o sin él, que han sido determinadas como enfermas por el sistema de salud, o presentan una sintomatología que hace conveniente que se aislen preventivamente para no contagiar a otres, al menos hasta que el sistema de salud determine si están enfermos o no. Llamemos a esta combinación credencial ROSA.

credencial rosa

Esta funcionalidad, que ya es brindada por la aplicación, completa así una especie de semáforo, que podría servir para realizar un control de circulación comunitario, mucho menos invasivo de la privacidad que otras alternativas. ¿Cómo podría funcionar?

Las empresas de transporte que llevan a los centros urbanos podrían disponer que sus choferes o eventuales guardas verifiquen que quienes suben tengan la credencial VERDE, pues si no la tienen significa que o bien deberían aislarse preventivamente por cuestiones de salud o bien no están autorizados a circular. Esta misma credencial podría chequearse en varias otras situaciones. Agentes de control municipal podrían verificarla en los peajes, en los puntos de acceso a las urbes, en las estaciones de subte, tren y colectivos de los principales puntos de circulación (por ejemplo, el centro porteño).

Así como hoy en día no dejaríamos que ingrese a nuestros hogares un/a plomero/a, electricista o repartidor/a sin barbijo, sería razonable también que le pidamos que nos exhiba su credencial VERDE.

Para entrar a los supermercados y los comercios que sí están autorizados a atender al público nos piden que hagamos fila conservando 2 metros de separación, portemos barbijos y no excedamos cierta capacidad del local. Incluso en algunos nos toman la temperatura con un termómetro digital. Podrían además chequear que tengamos una credencial AZUL, lo que significa que podemos realizar compras en comercios de cercanía y que por el momento no presentamos síntomas compatibles con covid-19.

Estas medidas son fáciles de implementar y consideramos que si fuesen adoptadas por las autoridades municipales y la ciudadanía en general contribuirían de manera realista a controlar el cumplimiento de la cuarentena y llegado el caso, a liberarla incrementalmente.

Recalcamos el punto sobre la liberación incremental de la cuarentena. Una credencial sanitaria digital permite, a medida que los criterios para asignar permisos de circulación vayan cambiando, que estos criterios se hagan efectivos inmediatamente tanto para los que portan el permiso como para los que desean controlar el permiso de otro, todo esto sin malos entendidos, o distraídos. Cuando las autoridades lo decidan, podrán implementar a través de la aplicación permisos por terminación de DNI, actividad laboral, recreación, barrio, por día e incluso por hora u otros mecanismos que resulten pertinentes. Todo esto podría hacerse más fácilmente si el uso de esta aplicación fuese masivo.

Surgen una serie de preguntas muy razonables que nos parece apropiado abordar:

¿La credencial no podría falsificarse?

¿Qué pasa con la gente que no tiene celular?

¿Qué pasa con mi privacidad?

¿Qué tan confiable es el autodiagnóstico?

¿Cómo sabemos que una credencial AZUL o VERDE lo es realmente y no se trata de una captura de pantalla o falsificación? Este aspecto ya se encuentra contemplado en la versión actual de la aplicación, que muestra un token de seguridad que varía con el tiempo. Es decir, si quiero verificar la validez de la credencial de otra persona, basta con que verifique si los tres dígitos del token de la otra persona coinciden con los que figuran en el mismo momento en mi propio teléfono. Este mecanismo es similar al que usan los bancos con sus tokens electrónicos.

token de seguridad

¿Qué pasa con la gente que no tiene celular? En Argentina si bien hay más de un celular por persona, también hay personas que no tienen uno, o tienen uno que no está en condiciones de instalar una aplicación nueva. Este caso se resuelve sencillamente: alcanza con incorporar una funcionalidad nueva que permita escanear un DNI y nos muestre de qué color es su credencial. A su vez, las personas sin celular podrían completar su autodiagnóstico en cualquier computadora pública (o en un celular prestado) que los identificaría también escaneando su DNI.

¿Qué pasa con mi privacidad? Para llevar adelante este modelo no es necesario que la aplicación monitoree nuestros movimientos, ni monitoree con quién estuvimos ni quién tuvimos cerca. El único momento en que hoy en día es de utilidad el uso de geolocalización, aunque no fundamental, es en el momento del autodiagnóstico para informar al centro de salud local correcto en el caso de que el usuario deba ser contactado.

Eso nos lleva a la última pregunta: ¿qué tan confiable es el autodiagnóstico? Por un lado, la aplicación actual obliga a realizarlo cada 48 hs, de manera tal de que si no se completa, las credenciales AZULES o VERDES se vuelven ROSA. El autodiagnóstico tiene carácter de declaración jurada, por lo que mentir en la información que se provee es un delito. A su vez, sería deseable que también se pongan de color ROSA las credenciales de las personas que llamen a las líneas de asistencia como el 107 o el 148 a las que se las deriva a un hospital, o las que concurren a un hospital y se las deriva a hisoparse.

Por supuesto que una aplicación no da garantías de que el control comunitario pueda impedir la circulación del 100% de quienes no deben circular, pero permite que entre todos logremos un control mayor que el actual, minimizando el avance sobre la privacidad y valorando la capacidad de las personas de reforzar las normas de cuidado mutuo.

Por supuesto que hay muchas funcionalidades adicionales que se pueden agregar a la aplicación Cuidar para darle a la ciudadanía más herramientas para combatir el la propagación del covid-19. Para mencionar sólo una, la posibilidad de hacer denuncias ante aglomeraciones indebidas de gente (por ejemplo, un comercio que no respeta la distancia social, una fiesta privada o un medio de transporte sobrepoblado).

También es cierto que la aplicación no resuelve problemas muy complejos como la predicción de propagación del virus a partir de personas pre-sintomáticas (tema que abordamos en la continuación de esta nota). El punto clave es que soluciones tecnológicas simples ya en funcionamiento (como la aplicación Cuidar) pueden aportar grandes beneficios si son adoptadas por la ciudadanía. Y en todo caso son la base para después ir haciéndola crecer.

Los autores de esta nota son los investigadores Sebastián Uchitel (Instituto de Ciencias de la Computación UBA-CONICET), Diego Garbervetsky (Instituto de Ciencias de la Computación UBA-CONICET), Sergio Romano (Instituto de Ciencias de la Computación UBA-CONICET) y Fernando Schapachnik (Instituto de Ciencias de la Computación UBA-CONICET y Fundación Sadosky). Colaboraron con la Secretaría de Innovación Pública en el desarrollo de la aplicación Cuidar. Esta nota expresa la opinión individual de los autores y no de las instituciones a las que pertenecen, ni de la Secretaría. fuente medium.com