El trabajo se realizó entre el 14 y el 22 de noviembre sobre 939 casos efectivos usando un cuestionario escrutado sin preguntas abiertas y mediante un reclutamiento On-Line.

La primer gran diferencia que se observa entre el electorado del Frente de Todos y el de Juntos por el Cambio, es a raíz de la consideración sobre la situación en Bolivia. Como se puede ver en la placa, para el 90,8% de los votantes del Frente de Todos se trata de un Golpe de Estado mientras que sólo un 3,5% atribuye la situación a una crisis institucional y un 5,7% no sabe o no contesta.

Por otro lado, entre los votantes de Juntos por el Cambio, sólo el 12,9% reconoce un Golpe de Estado en Bolivia y el 80,4% prefiere hablar de una crisis institucional.

Esta “grieta” a la hora de pensar lo que está pasando en Bolivia, también se refleja en la identificación de las causas que llevaron a este presente en el país vecino. Entre los votantes del Frente de Todos se señala la participación de Estados Unidos en el Golpe, el autoritarismo de las Fuerzas Armadas, el racismo y la violencia de la oposición a Evo Morales entre las principales variables para entender lo que está pasando. En la vereda opuesta, el electorado de Juntos por el Cambio atribuye el presente boliviano al fraude electoral y el autoritarismo del gobierno de Evo Morales.

En cuanto a la realidad chilena, las opiniones también están divididas en relación a las preferencias electorales vernáculas. Quienes apoyaron en octubre al Frente de Todos opinan que las causas que llevaron a esta situación en el país trasandino son la desigualdad, la violencia empleada por el presidente Piñera y las Fuerzas Armadas y también el autoritarismo de ese gobierno.

Por otro lado, entre quienes eligieron a Juntos por el Cambio en octubre ponen en primer lugar entre las causas de la crisis al “vandalismo” y en segundo lugar a la desigualdad. Además, en tercer lugar aparece “la violencia de la oposición” culpando a los y las manifestantes de las muertes, violaciones y desapariciones de los y las mismas manifestantes.

Un dato de la medición, que puede ser aún más preocupante que los anteriores es el que hace referencia al nivel de confianza que genera el sistema democrático en uno y otro electorado.

Mientras que el 82,7% de quienes votaron al Frente de Todos siguen eligiendo la democracia como sistema de organización social y confían (entre “algo” y “Bastante”) en el sistema democrático, el 61,1% del electorado de Juntos por el Cambio, descree de la democracia y confía “poco” y “nada” en ese sistema.

Pero lo verdaderamente alarmante del estudio realizado por Proyección en la provincia de Buenos Aires, es el porcentaje de votantes de Juntos por el Cambio que justificaría la intervención militar en la vida política. Mientras que los votantes del Frente de Todos rechazan rotundamente esa posibilidad y el 89,5% opina que “nunca deberían” intervenir políticamente, entre los votantes de Juntos por el Cambio ese número se reduce al 25,3% mientras que el 74,8% justificaría una intervención militar con distintas excusas (mal manejo de la economía, crisis institucional, fraude, etc.).

Para terminar de despejar dudas ideológicas y consolidar una caracterización de los distintos electorados, sólo resta ver las preferencias de alianzas geo-políticas. Mientras que entre los votantes del Frente de Todos prima la opción de aliarse con países de la región y fortalecer el bloque del Mercosur (el 94,6%), entre los votantes de Juntos por el Cambio prefieren una alianza con Estados Unidos (el 75,8%).