(Por Pablo Sercovich) Diciembre de 2017 marcó un antes y después en la construcción de sentido de la sociedad argentina que comenzó a sentir las consecuencias del saqueo mientras la colosal transferencia de recursos se agiganta.

Quedaron en evidencia los mecanismos de extorsión, amenaza y soborno con los que lograron la aprobación del ajuste y la impunidad de los aparatos represivos, disciplinando frente a las cámaras a quienes tomaran las calles en protesta por tan indigno ultraje. Repitiendo en las pantallas el “otro violento” que su comunicación necesita.

Apretaron consiguiendo quorum, reprimieron hasta agotar munición y cuando la batalla parecía definida se autoconvocó por la noche la ciudadanía en las calles produciendo la peor de sus derrotas. Poniendo en evidencia que en red con las organizaciones del campo popular, hay ahora una herramienta que se consolida desde los primeros movimientos de protesta contra los tarifazos y tensiona hacia la creación de una agenda consensuada y acciones comunes que construyan el proceso de unidad que exige el desafío 2019, en el que las transformaciones necesarias demandarán una amplia participación y respaldo popular.

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— En Orsai (@EnOrsai) 1 de febrero de 2018

El golpe en una lata, un bombo y una cacerola demostraron ser más efectivos que mil cascotazos y la articulación, el debate y la exploración colectiva de nuevas herramientas, el proceso fundamental para la construcción de una ciudadanía en conciencia y organización como nuevo sujeto político que articula con todos los espacios. Ese es el desafío que debemos transitar soportado por una fuerte estructura multisectorial ordenadora que facilite la construcción de la gran confluencia al servicio de un proyecto nacional producido entre todos.

A pesar de las balas de goma y la suspensión de la sesión del 13, los enfrentamientos en la plaza de los dos congresos y la espontánea masividad de la protesta nocturna, a pesar del Ruidazo convocado por la Red Nacional de Multisectoriales para el 19 sosteniendo la protesta y la del 27 de diciembre con la que muchas despidieron el año a puro ruido en las esquinas, el macrismo aprobó la Reforma y se fué de vacaciones intentando dar por concluido el tema.

Pero la única lucha que se pierde es la que se abandona y esa misma ciudadanía y organizaciones confluyen nuevamente juntando ahora un millón de firmas que serán entregadas en el Congreso Nacional en rechazo de la Reforma Previsional. Iniciando una experiencia que promete sumar las iniciativas Legislativas Populares como nuevo mecanismo de impulso legislativo. De futuros proyectos que sean leyes debatidas por el conjunto de la sociedad y acompañadas por una contundente presencia en las calles. Construyendo una Argentina Mejor.