Seis meses sin Santiago

¿Qué hacemos con lo que nos falta?

(Por Juan Alonso) Seis meses sin Santiago Maldonado. Dos años de gobierno de Macri. 150.500 millones de dólares de deuda pública. Miles de despidos. Propagan el odio como método de estigmatización y persecución de la protesta social. Asesinan, desaparecen, persiguen, estigmatizan. “La Patria es el otro”, proponía el kirchnerismo, hoy la patria son los dueños de los bienes y de la tierra.

Fotos: Joaquín Salguero

Fotos: Joaquín Salguero


Jueves 01 de febrero de 2018 | 18:31

Seis meses sin Santiago Maldonado. Dos años de gobierno de Macri. 150.500 millones de dólares de deuda pública. Miles de despidos. Familias enteras pidiendo comida y ropa por los barrios. Cuando usted lea esta nota habrá un nuevo aumento en las tarifas de gas, luz y agua. Si tiene la suerte (¿o la desgracia?) de tener aún medicina prepaga, eso también aumentará, al igual que el viaje en subtes y colectivos.

El dios depredador que auguró Pappo en los ‘80 abre sus alas de cuervo insaciable. La nueva derecha que administra la Argentina tiene un hambre predatoria del género humano y consolida su núcleo discursivo, con una dosis de los teóricos de la educación nazis. Por eso, su dispositivo represivo no sólo arrebató la vida de Santiago en Chubut, sino que se ocupa constantemente de negarlo, ensuciando su historia y torturando a su familia.

Si algo sabe hacer el conservadurismo criollo es vender veneno con perfume de rosas. Su narrativa del espanto apunta a capturar la atención de la clase media y media baja. Un estrato social que fue descripto por Arturo Jauretche. Pero igual recordemos que la clase media porteña creció con Juan Perón, participó de las luchas de los ‘70, se fue al exilio, y derrocó a De la Rúa tras perder los dólares. Ahora se desgasta en un nuevo paradigma.

El relato macrista se basa en esos cimientos de la condición humana. El perfil de una parte del país. Lo cual no es tan escandaloso: los nazis necesitaron a 77 mil miembros de las SS en los campos de exterminio. De todos ellos, solo 1.650 fueron juzgados. El mundo es cruel al igual que el hombre.

Podrían aplicar el tan publicitado “se robaron todo” a la cantidad de familiares empleados, con sueldos de 150 mil pesos. En eso hay un antecedente europeo. En España la clase media fue una creación de la Inquisición al servicio de la monarquía, con 40 mil empleados en Hacienda ya en el siglo XVI y 24 mil recaudadores de impuestos. Aquí la formulación de la mentira, va dirigida a fomentar la felicidad individual como emprendimiento.

En ese marco hay que analizar la causa Maldonado y el asesinato del joven mapuche Rafael Nahuel. En la propagación del odio como método de estigmatización y persecución de la protesta social. “La Patria es el otro”, proponía el kirchnerismo, hoy la patria son los dueños de los bienes y de la tierra.

Para sostener semejante propuesta política y económica, que está en contra de los trabajadores, los sindicatos, los jóvenes vulnerables, la educación, y la distribución de la riqueza, hacen falta un ejército policial y un ejército mediático. La tropa de agentes estrenó sus dotes y todavía están los prisioneros del 14 de diciembre. Ni hablar de Milagro Sala y la lista de presos políticos del anterior gobierno, con acusaciones delirantes, propias de los fantasmales autoritarismos de la historia.

Ni en eso son originales: promueven la moral de la que carecen. De lo contrario, ¿por qué ahorran en el exterior, fugan divisas, y blanquean millones de dólares, además de ser parte causante de la deuda externa?

Así las cosas, usted se preguntará qué hacemos con lo que nos falta. Qué hacemos con la carencia. Dónde ponemos la ilusión y los sueños. Dónde los pedidos de justicia, las palabras, los recuerdos, la vida y el destino. Quizá le sirva esta visión subjetiva que me permito del poeta y músico Leonard Cohen.

Leonard no fue un hombre de palabras tajantes. En los últimos años tuvo que volver a cantar, porque su manager lo estafó. Sin embargo, nunca se le escapó una queja, ni un insulto, ni una blasfemia. Vivió con alegría. Anduvo vagabundeando y se nutrió de los destellos de la luz. Una tarde, al salir del templo budista, encendió la radio de su camioneta y escuchó un tema suyo. Cerró los ojos y cantó para sí mismo como en un trance. El sol le daba en la cara y el camino eran sus propias manos.

Ya no tenemos a Santiago, pero aún tenemos su presencia de amor. No tenemos a Nahuel, pero persiste la lucha mapuche. El hambre de los cuervos no logrará nunca derrotar la vida. El viento infinito que arrastra los recuerdos de la antigua Patagonia, trae las voces de los muertos y los vivos. Y como en esa novela de Juan Rulfo, Pedro Páramo dialoga con la tierra, con la sangre de su pecho.

Fuente: http://www.nuestrasvoces.com.ar/a-vos-te-creo/hacemos-lo-nos-falta/

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