"Hoy se terminan las retenciones a las exportaciones mineras", dijo hoy Macri. Un triunfo del dirigente y lobbista preferido del Colegio Argentino de Empresarios de Minas, Mario Capello, quien asumió semanas atrás como subsecretario de Desarrollo Minero.
Andrés Brown Redacción En Orsai // Viernes 12 de febrero de 2016 | 12:04
Durante un acto en San Juan, el Presidente de la Nación Mauricio Macri sostuvo que las restricciones para las exportaciones mineras -con las que el Estado recaudaba 233 millones de dólares- "violaban las reglas de juego" y aseguró que su eliminación fue decidida para "fomentar el desarrollo" de la producción en ese sector, pero "en absoluto respeto del medio ambiente".
"Hoy se terminan las retenciones a las exportaciones mineras", expresó el jefe de Estado durante un acto en la localidad sanjuanina de Barreal, donde estuvo acompañado por el gobernador local, Sergio Uñac; el de La Rioja, Sergio Casas; el de Mendoza, Alfredo Cornejo; y la gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci.
Se trata de otro guiño del macrismo a un sector altamente rentable y concentrado. El cerebro y verdadero triunfador del anuncio es un nombre poco conocido, nombrado semanas atrás por El ministro Juan José Aranguren (a su vez ex CEO de Shell) como subsecretario de Desarrollo Minero.
Su nombre es Mario Capello: es ingeniero en minas, ex diputado nacional por San Juan (UCR) y férreo impulsor de la actividad extractiva.
“La naciente minería metalífera argentina comenzó a ser atacada por la ignorancia política y por la demagogia hecha espada de ideologías apátridas. Y encontró un chivo expiatorio: se llama Ley de Protección de Glaciares”, escribió en 2012 en el portal Miningpress.
“Los nuevos cipayos se camuflan en organizaciones cuyos nombres refieren al nuevo ‘Dios’ medioambiental. Son los demagogos de siempre a los que debemos desenmascarar”, acusó Capello y afirmó que la minería genera “cero contaminación”.
La Ley de Glaciares, que busca proteger las fuentes de agua dulce, fue definida por Capello con dos palabras: “insólita ley”.
Una treintena de organizaciones sociales y productivas escribieron una carta al Presidente y a los ministros de Energía y de Ambiente (Sergio Bergman), según reveló días atrás el diario Página 12.
“Nos dirigimos a ustedes a efectos de hacerles llegar nuestro repudio al nombramiento de Mario Capello. Durante su desempeño en distintos organismos ha mantenido una conducta agresiva para con los integrantes de comunidades afectadas por la minería a cielo abierto. Su violencia se manifiesta de diversas formas, denostando, intolerante, instigador de conflicto, insultando”, afirmaron Asociación Inti Chutec, la Federación de Viñateros de San Juan y la Red Nacional de Acción Ecologista (Renace), entre otras.
Lo definieron como un “conspicuo lobbista” de la empresa Barrick Gold y anunciaron que la llegada al Gobierno de “un provocador como Mario Capello, irrespetuoso con las poblaciones que eligieron otro modo de vida, será la garantía de fuertes conflictos”.
Capello había señalado que “la principal preocupación es hacer que vengan inversiones” y se propuso que todo el país “copie el modelo San Juan”. Las asambleas afirmaron que Argentina comprobó, en las últimas dos décadas que “minería a gran escala y sustentabilidad son imposibles de compatibilizar”. Recordaron los derrames de Minera Alumbrera en Catamarca y Barrick Gold en San Juan (más de un millón de litros de agua con cianuro). Y lamentaron que “una vez más las políticas mineras están hechas a favor de las transnacionales, en detrimento de los pueblos y sus territorios”.
Queda claro entonces que la presencia en el Estado de CEOs, gerentes, lobbistas y personajes provenientes del mundo empresario más concentrado no es inocua: tiene consecuencias concretas en las políticas públicas.