Rodolfo Aguiar, titular de ATE, arremete contra la política del gobierno de Javier Milei que congela los salarios de los empleados estatales hasta fin de año. En una crítica mordaz, Aguiar denuncia el uso de la paritaria como herramienta de disciplinamiento y advierte sobre el deterioro en la calidad de los servicios públicos.

En una entrevista reveladora con Mariano Martín en **La Red - López 910**, Rodolfo Aguiar, titular de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), ha lanzado una dura crítica contra el gobierno de Javier Milei, señalando las severas consecuencias de las políticas actuales sobre los empleados estatales y la administración pública en general. Según Aguiar, el gobierno ha decidido poner fin a las paritarias en el Estado Nacional, una medida que, en su opinión, no solo ignora las necesidades básicas de los trabajadores sino que también tiene un impacto devastador en la calidad de los servicios públicos.

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La primera crítica de Aguiar se centra en la reciente decisión del gobierno de no aumentar los salarios de los empleados estatales hasta el próximo año. “Hoy, cuando la producción me contó, lo había leído, pero cuando uno lo observa y se detiene en que no le van a aumentar a los empleados del Estado de acá a fin de año, uno se pregunta por qué”, afirmó Aguiar. Este congelamiento salarial, en un contexto de alta inflación, plantea una contradicción evidente: mientras los precios siguen aumentando, los salarios de los empleados públicos se estancan, erosionando aún más su poder adquisitivo.

Aguiar se mostró particularmente crítico hacia el Ministro de Economía, Luis Caputo, quien, según él, ha destruido la negociación colectiva en el sector público. “El gobierno decidió ponerle fin a las paritarias en el Estado Nacional. El Ministro Caputo aniquiló la negociación colectiva”, afirmó Aguiar. La última oferta salarial del gobierno, que consistió en un 2% de aumento para septiembre y un 1% para octubre, no solo es insuficiente, sino que también queda por debajo de la evolución de los precios, según el dirigente sindical.

En un contexto de creciente descontento, Aguiar argumentó que la paritaria en la Administración Pública Nacional se ha convertido en una herramienta de disciplinamiento para el resto de las negociaciones salariales. “La paritaria en la Administración Pública Nacional es utilizada en este momento como una herramienta de disciplinamiento del resto de las negociaciones salariales”, dijo Aguiar. Este enfoque no solo afecta a los empleados públicos, sino que también tiene implicaciones para los trabajadores del sector privado, que pueden enfrentar condiciones similares.

AHORA!!
ATE DECLARA ESTADO DE ASAMBLEA PERMANENTE Y MOVILIZACIÓN EN TODA LA ADMINISTRACIÓN!!

DEBEMOS MULTIPLICAR LAS PROTESTAS Y SEGUIR DESGASTADO AL GOBIERNO!!

Tenemos que multiplicar las protestas en todos los organismos. Hay que llevar adelante acciones que rápidamente… pic.twitter.com/XuinKafjuP

— Rodolfo Aguiar (@rodoaguiar) September 2, 2024

El titular de ATE subrayó que el impacto de estas políticas es particularmente severo para el sector público, que ya ha visto una pérdida del 30% en su poder adquisitivo desde enero de este año. “El sector público es el universo de trabajadores registrados más castigados por la gestión del gobierno de Milei”, afirmó Aguiar, quien también destacó que los jubilados y el empleo público contribuyen en gran medida al superávit fiscal que el gobierno pregona.

Aguiar también criticó abiertamente las intenciones del gobierno de Milei, quienes, según él, buscan reducir el tamaño del Estado para beneficiar a unos pocos grandes grupos empresarios. “Lo que está describiendo Milei con sus políticas es una fenomenal transferencia de recursos desde el bolsillo de la clase media y los sectores populares hacia 4 o 5 grandes grupos empresarios”, dijo Aguiar. Este proceso de transferencia de recursos, según él, no solo perjudica a los trabajadores, sino que también pone en riesgo la estabilidad de los servicios públicos.

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La falta de comunicación oficial sobre el congelamiento salarial también fue un tema clave en la entrevista. “No hubo una comunicación oficial en este sentido, pero creemos en las manifestaciones públicas de los funcionarios”, comentó Aguiar. La ausencia de un diálogo claro y transparente contribuye al descontento general y al deterioro de la relación entre el gobierno y los empleados públicos.

Aguiar también abordó la respuesta del sindicato a estas medidas. Aunque reconoció que la respuesta de ATE hasta el momento ha sido limitada, destacó los esfuerzos realizados para revertir despidos y mejorar las condiciones laborales en algunos organismos. “Hemos revertido despidos en muchos organismos, el caso más paradigmático en el Inti con 150 reincorporaciones”, explicó Aguiar.

La crítica de Aguiar no se detiene en las políticas salariales; también se extiende a la gestión del gobierno en general. “Este gobierno se está cayendo a pedazos”, afirmó Aguiar, quien cuestionó la capacidad del gobierno para enfrentar la crisis económica que, en su opinión, se está profundizando. Según Aguiar, la recesión ha evolucionado hacia una depresión económica más severa, lo que agrava aún más la situación para los trabajadores y los servicios públicos.

En un tono desafiante, Aguiar concluyó que las medidas actuales no están conduciendo a un futuro mejor para los argentinos. “Encuéntrenme uno solo que diga que cree que va a haber luz al final de este túnel interminable y oscuro en el que nos han hecho ingresar”, retó Aguiar. Este escepticismo refleja el sentimiento generalizado de desilusión y frustración entre los trabajadores y sectores afectados por las políticas del gobierno.

La entrevista con Rodolfo Aguiar pone de relieve la creciente tensión entre el gobierno y el sector público, y resalta las profundas preocupaciones sobre el futuro de la administración pública en Argentina. Mientras el gobierno continúa implementando sus políticas económicas, las voces críticas como la de Aguiar son fundamentales para cuestionar y desafiar un rumbo que muchos consideran perjudicial para los intereses de los trabajadores y la calidad de los servicios públicos.

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