El gobierno de Javier Milei comienza a mostrar fisuras tras meses de ajuste económico severo, mientras la polarización política se profundiza. Roberto Bacman, analista político de renombre, ofrece una visión crítica sobre la gestión actual, la percepción social y las tensiones dentro del espectro político argentino.**

En el complejo panorama político y económico argentino, el gobierno de Javier Milei ha entrado en una etapa crítica, marcada por un ajuste económico que ha dejado cicatrices profundas en el tejido social del país. Según el análisis de Roberto Bacman, un destacado analista político y director del Centro de Estudios de Opinión Pública, la administración de Milei ha comenzado a enfrentar las consecuencias inevitables de su política de ajuste brutal, con efectos especialmente devastadores para las clases populares y la clase media.

Bacman sostiene que el ajuste, aunque necesario desde la perspectiva económica del gobierno, ha resultado ser una espada de doble filo. La inflación, que comenzó a mostrar signos de desaceleración, ha sido el foco de las expectativas del gobierno y de la ciudadanía. Sin embargo, este alivio en el índice inflacionario ha llegado a un costo alto: una recesión que está comenzando a estrangular a los ciudadanos comunes. “La inflación está bajando, sí, pero está bajando a costa de la recesión. La gente está pagando un precio muy alto por esto”, subraya Bacman.

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El analista destaca un fenómeno importante: la polarización social y política que Milei ha fomentado. Según Bacman, la administración ha creado una nueva polarización, donde el 45-46% de la población se opone abiertamente al gobierno, mientras que otro segmento de la sociedad todavía mantiene esperanzas en las promesas del actual presidente. Este efecto polarizador, si bien puede consolidar un bloque de apoyo, también incrementa el riesgo de descontento generalizado y resistencia frente a las políticas implementadas.

Uno de los aspectos más críticos del análisis de Bacman es la percepción de la gestión de Milei entre los ciudadanos. Aunque el presidente ha logrado mantener una imagen positiva considerable en comparación con su antecesor, la realidad es que este apoyo se basa en un rechazo aún mayor a la administración previa de Alberto Fernández. “El apoyo a Milei no es tanto un reconocimiento a su gestión, sino una reacción a lo que se percibe como un fracaso del gobierno anterior. Es un voto de confianza condicional”, explica Bacman.

El ajuste económico ha creado una brecha significativa entre la percepción de la inflación y las realidades económicas individuales. Los ciudadanos que esperaban una mejora inmediata en sus condiciones de vida se encuentran ahora enfrentando salarios y jubilaciones congelados y un mercado laboral en deterioro. Bacman apunta que, aunque hay un 52% de la población que espera que el país mejore, la paciencia se está agotando rápidamente cuando los efectos negativos del ajuste comienzan a ser palpables.

En cuanto a la oposición, la dinámica entre Javier Milei y Mauricio Macri ha sido tensa y llena de reproches mutuos. La disputa entre los dos líderes refleja una fragmentación dentro de la coalición opositora, donde Macri busca distanciarse de Milei para preservar la identidad del PRO, mientras Milei acusa a Macri de falta de lealtad. Bacman observa que esta crisis en la relación entre Milei y Macri es indicativa de una mayor problemática dentro del espectro político: la falta de cohesión y la lucha por la supremacía en un escenario electoral altamente competitivo.

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La estrategia de Milei ha sido marcada por una visión disruptiva que busca redefinir el panorama político, una estrategia que Bacman atribuye a Santiago Caputo, el arquitecto de la imagen de Milei. Esta estrategia ha logrado captar una parte significativa del electorado, pero también ha generado fricciones con las estructuras tradicionales del PRO y con sectores que inicialmente apoyaron al actual presidente. “Milei está construyendo una marca propia, algo que Macri hizo en su momento, pero que ahora enfrenta un desafío mayor debido a las tensiones internas y a una oposición que no se resigna a desaparecer”, señala Bacman.

En el contexto de las próximas elecciones y las dinámicas políticas, Bacman destaca que el ajuste económico y las tensiones dentro del gobierno están configurando un paisaje incierto para el futuro político de Argentina. La polarización y el ajuste están llevando a un punto crítico, donde el gobierno de Milei debe navegar entre mantener el apoyo popular y enfrentar una oposición cada vez más desafiante.

El desafío para el gobierno no es solo gestionar la economía, sino también mantener una narrativa que pueda sostener la confianza de los ciudadanos mientras enfrenta las críticas tanto internas como externas. Bacman concluye que, si bien la administración de Milei ha logrado ciertos éxitos en términos de reducción de la inflación, el costo de estas políticas y las crecientes tensiones políticas podrían socavar la estabilidad del gobierno en el futuro cercano.

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— En Orsai (@EnOrsai) August 23, 2024