El caso de los agentes atropellados mostró la modalidad de contratación de la gestión de Horacio Rodríguez Larreta: personal sin estabilidad, ART ni vacaciones. Mal pago y vulnerable a ser usado en las campañas proselitistas del oficialismo.
Por Nicolás Romero / pagina12.com.ar // Sábado 14 de septiembre de 2019 | 19:43
La muerte de la agente de tránsito Cinthia Choque, que trabajaba para el gobierno de la Ciudad como monotributista, visibilizó la política de precarización laboral que implementa el Estado comandado por Horacio Rodríguez Larreta. Si bien no hay datos oficiales, un informe de ATE Capital (Asociación Trabajadores del Estado), al que tuvo acceso este diario, estimó que hay alrededor de 18.000 empleados públicos bajo esta modalidad de contratación precaria que no es otra cosa que una relación de dependencia encubierta.
Sin estabilidad laboral ni ART, ni licencias de ningún tipo. Sin indemnización en caso de despido, ni vacaciones pagas ni aguinaldo. Sin paritarias, y con salarios bajos y teniendo que afrontar los gastos bancarios (mantenimiento de cuenta, comisiones) e impuestos, estos trabajadores llegan a cubrir más del 55 por ciento de los puestos de trabajo en algunos ministerios, cifra que asciende al 100 por ciento en algunos programas y áreas de las dependencias oficiales.
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Locación de servicio, locación de obra, asistencia técnica, convenios especiales y tercerizaciones a través de ONG, son algunas de las variantes que toman los contratos para los monotribustistas. Una categoría creada como régimen simplificado para pequeños contribuyentes individuales, que, como denuncia el informe, es utilizado en el Estado para el fraude laboral y, al mismo tiempo, en una norma de relación laboral para quienes comienzan a trabajar en el Estado porteño.
Ante la falta de estadísticas oficiales sobre la cantidad de contratados con esta modalidad, el relevamiento de ATE tomó como base la Dotación de Cargos de la Cuenta Anual de Inversión en el Poder Ejecutivo porteño al 31 de diciembre de 2018. De allí se desprende que hay un total de 213.238 cargos. De este total, 55.628 corresponden al personal de planta Permanente y Transitoria, entre otras modalidades en relación de dependencia en la administración central y los entes descentralizados de la Ciudad.
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El resto se divide entre 2696 cargos políticos (autoridades superiores, carrera gerencial y planta de Gabinete); y el personal docente y los trabajadores médicos y paramédicos que pueden acumular cargos en el marco de sus propias actividades (un cargo no equivale a un docente): 14.875 cargos médicos, 5309 residentes hospitalarios y Suplementos de Guardia y 134.730 cargos docentes (transitorios, titulares, interinos, suplentes).
De acuerdo al relevamiento, las áreas con mayor cantidad de monotributistas se dan en sectores donde el personal realiza tareas sociales o está más expuesto al efectuar tareas de calle o en espacios públicos.
El Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano cuenta con 4520 personas en relación de dependencia y 1200 contratados, que representan el 21 por ciento del total. Sin embargo, al interior de la dependencia, esa cifra se eleva en la línea 144, de la Dirección General de Mujeres, al 50 por ciento de las trabajadoras y al 98 por ciento en el Programa de Acompañamiento Social Integral.
En el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, el 52 por ciento de los trabajadores se encuentra bajo la modalidad de Contrato de Locación de Servicios: 2044 en relación de dependencia y 2200 contratados.
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También hay un alto nivel de precarizacion en el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte, el mismo que esta semana quedó en el ojo de la tormenta luego de que el periodista Eugenio Veppo atropellara y matara en la madrugada del domingo a la agente Choque e hiriera de gravedad a su compañero Santiago Siciliano. Ambos, integrantes del Cuerpo de Agentes de Tránsito y Seguridad Vial que dependen de esta cartera ministerial a cargo de Franco Moccia.
Esta brigada de agentes encargada de poner el cuerpo en los controles vehiculares de velocidad, de alcoholemia y estupefacientes; controles de ciclovías con agentes en bicicleta, y reordenamiento de tránsito en los barrios de la Ciudad, tiene 2700 agentes, de los cuales 1800 son monotributistas (66 por ciento). Cifra que si bien desciende al 56 por ciento para todo el área ministerial (2200 en relación de dependencia y 2800 monotributistas), lo mantiene en entre los Ministerios con más precarizados.
Una situación similar se da en el Ministerio de Justicia y Seguridad, que también esta semana fue objeto de reclamos por parte de los trabajadores uberizados que conforman el cuerpo de Agentes de Prevención de la Ciudad, donde el 92 por ciento de estos empleados que cumplen tareas de apoyo policial, armados con un silbato y un celular georeferenciado, factura mes a mes durante años. De 800 personas, sólo 70 son trabajadores de planta. En el total de este ministerio, el 57 por ciento de su personal es facturero (2136 de planta y 2800 contratados).
En la mayoría de los casos el modus operandi suele ser siempre el mismo, a quienes ingresan a trabajar al Estado porteño, que hace casi doce años conduce Cambiemos, les prometen que van a estar unos meses y luego serán pasados a planta transitoria o permanente. Y en casi todos los casos pasan años facturando mensualmente, cumpliendo horarios y efectuando tareas iguales a los empleados de planta, sin ver concretado el pase mientras la inflación perfora sus bolsillos y sus salarios van a la baja porque no están contemplados en las paritarias. Si bien ATE los reconoce como trabajadores del Estado, el nivel de sindicalización aún es bajo porque los aprietes y la falta de estabilidad laboral conspiran contra la agremiación.
Los salarios, en el mejor de los casos, alcanza los 25 mil pesos, a los que hay que descontarles casi 3000 de monotributo e ingresos brutos. Y a las carencias ya mencionadas, se agrega que no perciben anticipos de salario, ni horas extras, ni antigüedad ni posibilidad de carrera administrativa.
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El secretario General de la CTA Autónoma de la Capital y del Consejo directivo de ATE, Alejandro Gianni, dijo a Página/12 que además de la precarización laboral de los monotributistas, el larretismo también precarizó por la vía de los salarios. "Los contratados son la mano de obra para los trabajos que están más expuestos, en la vía pública. Los que están en los puntos verdes en las plazas, agentes de tránsitos y de Prevención, parte de los que trabajan con los cartoneros, en niñez e inspectores. Además de estar precarizados hacen el laburo más duro. Cumplen tareas regulares a la par del personal de planta permanente pero con sueldos menores y sin estabilidad ni derechos. Y son la mano de obra barata para las trabajar en las campañas electorales porque están supeditados a la renovación de un contrato. O laburan o se les cae la contratación", remarcó el sindicalista.
Por otra parte, el titular de UTE-Ctera, Eduardo López, en diálogo con este diario, señaló que "la precarización de Larreta también afecta a la educación a través del programa Jornada extendida, que tiene más de 1200 trabajadores monotributistas. Para cumplir con la Ley Nacional de Educación, que establecía la ampliación de la jornada escolar, inventaron esta modalidad que no es jornada simple ni completa y que precariza la escuela. Nunca hubo maestros monotributistas desde la ley 1420. La estabilidad de los docentes es para que no dependan del gobierno, porque tienen que ser maestros del Estado no del gobierno. Y estos contratos dependen del gobierno, no del Estado", advirtió.
En cualquier caso, evitar la responsabilidad jurídica sobre quienes deberían ser sus empleados en relación de dependencia, y generar una dotación de trabajadores precarizados que aumentan las presiones sobre los empleados formales para que resigne condiciones laborales y salario forman parte de la lógica impresa en el ADN de Cambiemos.