Una nota en el matutino titulada "Reactivación económica sin crispación: cómo imagina el kirchnerismo un tercer gobierno de Cristina" describe cómo sería el próximo mandato de CFK en caso de ser electa.
laresistencianoticias.com.ar // Miercoles 17 de abril de 2019 | 11:11
Aunque ninguno de sus colaboradores y dirigentes cercanos se atreve a anticipar si Cristina Kirchner será candidata, en el Instituto Patria ya vislumbran el perfil que tendría un eventual tercer mandato de la expresidenta. Con la reactivación de la economía y la recomposición de salarios y jubilaciones como objetivos más urgentes, proyectan un "gobierno de reconstrucción nacional", más parecido al de Néstor Kirchner que a los de la propia Cristina, tanto en su plan económico como en su estrategia de construcción política.
"El desafío principal va a ser estabilizar el país, que hoy está desbarrancado, después de casi cuatro años de neoliberalismo", dijeron a LA NACION voceros del Instituto Patria, y afirmaron que existen motivos para esperar una suerte de reedición del primer kirchnerismo. "Las condiciones en que va a quedar el país en diciembre de 2019 son más parecidas a las de 2003 que a las de 2015. Por eso habría que recurrir políticas más parecidas a las que aplicamos en ese momento", manifestaron, y pusieron como ejemplo el freno al aumento de tarifas. La propuesta actual no es congelar sino desdolarizar el precio de los servicios.
Al asumir la presidencia, Néstor Kirchner mantuvo el programa económico del gobierno de Eduardo Duhalde, renegoció la deuda externa, y subió jubilaciones y salarios por decreto, para potenciar el mercado interno. Una paradoja: en ese momento el ministro de Economía era Roberto Lavagna , uno de los rivales que tiene hoy Cristina dentro del peronismo.
El dirigente que simboliza ese regreso a las fuentes es Alberto Fernández , jefe de Gabinete entre 2003 y 2008, hoy muy cerca de Cristina. El exfuncionario convive a disgusto con sectores más radicalizados del kirchnerismo, que, a contramano de los voceros del Instituto Patria, sostienen que, de llegar en diciembre a la Casa Rosada, Cristina no tendrá más opción que profundizar el proyecto que quedó trunco con la llegada de Mauricio Macri . Esas tensiones marcan hoy las discusiones internas en Unidad Ciudadana.
"Ministerio de la venganza"
ENCUESTA
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Más propicio a los mensajes de moderación, Máximo Kirchner suele decir que una de las primeras medidas a tomar es el cierre del "ministerio de la venganza". No es el único dato que perfila una Cristina moderada: tal vez con el anhelo de ahuyentar el temor a una radicalización del conflicto político, en su entorno aseguran que, de ser elegida presidenta, no recurrirá más a las cadenas nacionales ni repetirá el show de los "patios militantes". Cualquier rasgo que alimente el fantasma de una semejanza con la Venezuela chavista será desterrado durante la campaña. Eso sí, la actual senadora no se plegará a la condena regional contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Tampoco está en carpeta, aseveran, un intento de reforma constitucional, como propuso La Cámpora, ni una reedición de la pelea con Clarín. "Mantenemos el objetivo de evitar la concentración en todas las áreas de la economía, también en la de los medios de comunicación, sin afectar en absoluto la libertad de prensa. Pero no está en los planes presentarlo como una bandera política o como una batalla cultural, como se hizo en su momento", explicó un vocero del Instituto Patria, que reconoció además que esa pelea hoy se tornó mucho más compleja por el crecimiento que experimentó el grupo durante el gobierno de Macri: "Meterse con Clarín hoy es meterse con Telecom, un gigante de las telecomunicaciones".
Otro adversario que Cristina evitaría en un eventual tercer mandato es "el campo", entendido como un conjunto. "Nunca más tenemos que confundir al pequeño y mediano productor de la Argentina con los grandes terratenientes de las cerealeras", dijo Máximo Kirchner el mes pasado, durante un acto en Cañuelas. Como sostiene Axel Kicillof en un libro que acaba de publicar (de lo que se informa por separado), el kirchnerismo intentaría profundizar la buena relación que había alcanzado con la Federación Agraria en la última etapa del gobierno. Para los productores chicos, la promesa es la devolución de todo lo que paguen de retenciones.
En materia de lucha contra la inflación , cerca de la expresidenta prometen profundizar el plan de Precios Cuidados, hoy reivindicado por el gobierno de Macri. "La clave es que haya buena reposición de los productos y un buen volumen de venta. Cuando nos fuimos en 2015, las ventas por Precios Cuidados en las cadenas de cercanías alcanzaban el 20 por ciento del total", puntualizaron en el Instituto Patria. Esa política sería complementada con una ley de góndolas que presentó la semana pasada Juan Grabois , junto con Víctor Frera, dueño de Marolio y Maxiconsumo. De acuerdo con esa iniciativa, cada proveedor no podrá superar el 30 por ciento de la oferta en una góndola.
MAGNETTO AJUSTA
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Otro parecido que encuentran en el Instituto Patria con la realidad de 2003 es la necesidad de reformular la relación con el FMI, al que se le plantearía la renegociación del acuerdo. Cristina sabe, dicen en su entorno, que no podrá hacer todo esto sin un fuerte respaldo político. Después de llegar a la Casa Rosada con el 22% de los votos, Néstor Kirchner amplió la base de sustentación, a partir de una alianza con las centrales obreras, las organizaciones sociales, los gobernadores del PJ y sectores del progresismo no peronista.
Esa construcción terminó de consolidarse en 2005, con el triunfo de Cristina Kirchner sobre Hilda Duhalde en las elecciones de la provincia de Buenos Aires. Alberto Fernández y el exembajador en el Vaticano Eduardo Valdés son los operadores que volvieron al ruedo. "Hay que recomponer una alianza lo más amplia posible con los sectores de la producción, tanto con las empresas como de los trabajadores", señalan cerca de Cristina. La distancia con los sindicatos más grandes es vista como parte de la coyuntura electoral.
Otro problema a resolver, advierten, es la situación de los jueces del fuero federal penal y de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). "Sin duda hay transparentar los servicios de inteligencia y avanzar en una reforma judicial, pero todavía no hay un plan definido para esas áreas", dijeron en el Instituto Patria.
Por: Gabriel Sued
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