Los últimos meses confirmaron que sus estimaciones provisorias son menos confiables que las de los economistas

La preocupación parece enfocarse por estas horas más en el índice de precios que en la inflación. En las últimas semanas, algunas áreas del Gobierno se dedicaron a diseñar diferentes artilugios que permitirán, en el corto plazo, atenuar el impacto de la suba del costo de vida en los indicadores del Indec.

El objetivo de fondo: evitar que los fuertes ajustes de tarifas reguladas que están previstos para este año, y el efecto de una política monetaria levemente más expansiva que está aplicando el Banco Central, pongan en riesgo la ambiciosa meta de inflación que se fijó para 2017 (menor al 17% anual).

1| Diferenciar precio contado y financiado

La semana pasada, el Gobierno determinó mediante una resolución que, a partir de hoy, los comercios deberán empezar a discriminar específicamente en las ventas de sus productos el costo de financiamiento que cobren a los clientes. Con esto, la Secretaría de Comercio pretende que haya un menor valor al contado para estos artículos, que será el que tomará en cuenta el Indec para los relevamientos del Índice de Precios al Consumidor. "Los efectos se van a ver, incluso, cuando no se aplique una baja del precio. Porque, al no hacerlo, el comercio va a tener más espacio para absorber futuros aumentos en los costos y no trasladarlos al cliente", comentó el economista Gabriel Caamaño, de la consultora Ecoledesma.

2| Desdoblar los ajustes de tarifas

El Ministerio de Energía anunció ayer un mecanismo novedoso para reducir el efecto que tiene en el IPC oficial la suba de los precios regulados. El ajuste en el costo de la electricidad, estimado hasta en un 148%, se dividió en dos partes: uno en febrero y el otro en marzo. El plan de atenuar el impacto sobre el indicador no fue un secreto oficial: "Lo planificamos de manera tal que incidirá en menos de 0,5% de inflación en febrero y mucho menos en marzo", se sinceró un funcionario ante los medios de Casa de Gobierno. En las consultoras privadas creen, así y todo, que el efecto podría ser mayor: de entre 1,3% y 1,5% en los dos meses.

3| Cambio el "IPC AMBA" por uno "Nacional"

El Banco Central ya anticipó que, este año, es probable que deje de considerar el índice de precios que usa actualmente como "objetivo principal" de su política monetaria, para empezar a considerar uno "de mayor cobertura geográfica". El cambio consistirá en desplazar al IPC del área metropolitana (Amba), que mide hoy el Indec, y reemplazarlo por un nuevo indicador (el "IPC Nacional"), que el organismo estimará con los precios de las distintas regiones del país. Como en estos tiempos de ajustes de tarifas la inflación en Capital y Gran Buenos Aires es mayor que en el interior del país, la sustitución del índice hará más accesibles las metas que se planteó el Central hasta 2019.

El organismo se permitió en los últimos meses ser algo más laxo en el plano monetario. Desde octubre, la cantidad de dinero en la economía crece sin freno. Y en sus operaciones semanales de 2017, Federico Sturzenegger evitó subir las tasas de interés y absorber pesos de la economía, a pesar del exceso que dejó diciembre ($100.000 millones). Esta "concesión" elevó levemente las expectativas del mercado sobre los precios: en la consultora Elypsis ya prevén un piso de 2% tanto en la inflación de febrero como en la de marzo.

4| Poner el foco en la inflación núcleo

En sus últimos comunicados y conferencias de prensa, el Banco Central se empezó a referir especialmente a la inflación núcleo, que excluye los precios regulados y estacionales, en lugar del "índice general", del que hablaba habitualmente. La intención, reconocida por el BCRA, es prestar atención a la evolución de la inflación sin considerar los ajustes de tarifas, "de cara a un año en el que se esperan aumentos de precios regulados superiores a los del resto de los componentes". Con esto, se espera que la evolución sea "decreciente".

En estos días, algunos funcionarios oficiales hicieron saber su malestar a consultoras privadas que adelantaron sus estimaciones sobre inflación. El Gobierno coteja estos datos privados con cifras preliminares que recibe del Indec. Pero los últimos meses confirmaron que sus estimaciones provisorias son menos confiables que las de los economistas, con diferencias de hasta 0,5 punto porcentual con el dato definitivo.