Caputo le prometió a Milei desinflación pero terminó abriendo importaciones y rogando a empresas que bajen precios. El miedo al IPC de marzo y el enigma del dólar.
Santiago Ríos // Miercoles 13 de marzo de 2024 | 06:09
(Por Santiago Rios) El Gobierno de Javier Milei se enfrenta a una crisis sin precedentes ante el recalentamiento descontrolado de los precios, desatando la desesperación y tensiones políticas internas. La promesa de desinflación por parte del ministro de Economía, Luis Caputo, se ha convertido en un boomerang que ha golpeado al propio Gobierno.
La estrategia de liberar los precios en busca de una competencia beneficiosa se ha vuelto en contra, generando un desmesurado aumento en la canasta básica y los precios regulados. La capitulación del Gobierno frente a las subidas desenfrenadas no solo contradice la teoría mileísta de una inflación exclusivamente monetaria, sino que también abre un abismo de incertidumbre sobre el futuro económico del país.
El intento desesperado de Milei por contrarrestar la inflación incluye la apertura de importaciones de alimentos y medicamentos, una medida que, en lugar de fortalecer la economía nacional, perjudicará a las empresas locales, especialmente a las pymes, que se verán en desventaja frente a la competencia extranjera.
La tensión política no tardó en aflorar, dejando en evidencia las discrepancias entre el Presidente y los encargados de áreas económicas, con Caputo en el epicentro. La promesa de 10 puntos de IPC en febrero y un dígito en marzo se desvaneció ante la cruda realidad de una inflación descontrolada.
La apertura de importaciones, presentada como una solución, plantea una serie de problemas logísticos y económicos. La falta de dólares para mantener el ritmo actual de importaciones, la necesidad de nuevos proveedores que llevará meses y la relación estrecha del Gobierno con ciertas empresas, como Farmacity, despiertan dudas sobre la efectividad de estas medidas.
En medio de la crisis, la realidad económica muestra cifras alarmantes. Empresas como Bimbo y Arcor han aumentado sus precios de manera exorbitante en los últimos 14 meses, lo que evidencia una escalada de especulación. La licuación de ingresos y los sueldos en caída libre ponen a Caputo como el blanco de las críticas, mientras el ministro intenta desviar la atención hacia la supuesta especulación de las empresas.
La desesperación por los precios que se descontrolan ha llevado al Gobierno a recurrir a medidas contradictorias y, en muchos casos, poco efectivas. La incógnita sobre el dólar y el temor al IPC de marzo acechan al país, dejando a la deriva la confianza en la capacidad del Gobierno para manejar la economía. La crisis política y económica se profundiza, y la esperanza de encontrar una solución se desvanece en medio de la incertidumbre.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/720331-el-libre-mercado-se-devoro-al-gobierno