La Cruda Realidad: Jubilados en una montaña rusa libertaria

(Por Walter Onorato - @WalterOnorato) El conocido Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) ha dejado al descubierto la cruda realidad de los jubilados argentinos, quienes ven cómo su haber mínimo se desploma a niveles que no se veían desde la debacle económica de 2002. El informe revela que el famoso ajuste a la casta la sufrieron los adultos mayores. Hay que reconocer que los jubilados venían sufriendo pérdidas desde 2020, pero en sólo dos meses Javier Milei llevó la motosierra al presupuesto de los jubilados, dejando para ellos un panorama de desolación financiera.

El informe revela que el ajuste fiscal libertario de Javier Milei, aceleró esta tendencia descendente de los ingresos de los jubilados afectándolos de manera despiadada. Para completar el cuadro podemos agregar que paralelamente, el ministro de Economía Luis Caputo, presume de un equilibrio financiero en el mes de enero. Hay que decirlo claramente, la realidad es que este "éxito" se ha logrado a expensas de los más vulnerables: los jubilados.

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Veamos cual es el precio pagado para obtener este equilibrio en la planilla de Excel de Caputo. La Oficina de Presupuesto del Congreso confirma el desplome al informar que el superávit financiero en enero se obtuvo gracias a la tijera despiadada aplicada al gasto público, siendo las jubilaciones y pensiones una de las principales víctimas. Debemos ser claros, Milei mintió en su campaña electoral porque el ajuste no la pagó la casta. La realidad nos demuestra que fueron los jubilados los que están pagando con su sufrimiento la estabilidad financiera, con un poder adquisitivo que se desvanece como una ilusión.

El desgarrador análisis de IDESA muestra además que el haber mínimo, en 2013 durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner alcanzó su punto máximo en más de dos décadas. Ahora, como en un tobogán las jubilaciones se deslizan vertiginosamente hacia niveles que parecen sacados de una pesadilla. La gestión libertaria de Javier Milei, junto con las herencias económicas de gobiernos anteriores, llevó a una caída acumulada del 26,2% en el valor real de las jubilaciones desde 2019. Le están recortando a los mayores un cuarto de su poder adquisitivo mientras que a los autos de lujos le quitan impuestos.

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Pero las cosas no termina acá, el instituto responsable del informe advierte que el desajuste no se detendrá en enero, ya que las jubilaciones se ajustarán recién en marzo, proyectando que en febrero el haber mínimo perforará el piso histórico del 2002. La estrategia del gobierno de equilibrar las cuentas a expensas de los jubilados es calificada como "muy endeble" por IDESA, resaltando su impacto regresivo, las tensiones políticas que genera y el aumento de las demandas judiciales contra la Anses.

El mensaje es claro: la estabilidad financiera celebrada por Caputo es un espejismo construido sobre la desesperación y el sufrimiento de los jubilados. Si la sociedad y el gobierno no reaccionan ante este despojo a los más necesitados, el supuesto superávit se convertirá en una trágica farsa, dilapidando esfuerzos y sumiendo al país en un abismo económico."

El Maquillaje de Caputo: Superávit que Esconde Desigualdad y Despojo

Ahora bien, según el propio informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) sobre el superávit de enero parecería ser un éxito del ministro de Economía, Luis Caputo, pero como mencionamos párrafos arriba, detrás de estos números se esconde una realidad absolutamente preocupante. Según la OPC, el superávit primario de la Administración Pública Nacional alcanzó $ 2,552 billones, representando el 0,48% del PBI, un incremento del 105,2% en términos reales respecto al año anterior. Algo que sólo se puede festejar mirando las planillas de cálculo porque estos números esconden descensos drásticos en áreas muy importantes para la vida cotidiana.

El famoso y tan deseado superávit financiero, que incluye el pago de intereses de la deuda pública, fue de $ 1,206 billón, el 0,20% del PBI, con un aumento del 77,2% en doce meses a valores constantes. Estos números podrían sonar bien en los discursos neoliberales y libertarios, pero como dice el viejo refrán, "el diablo está en los detalles."

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Poniendo la lupa en estos detalles podemos decir que los ingresos de la Administración Pública Nacional fueron de $ 5,664 billones en enero, con un descenso real del 1,3% en comparación con el mismo mes del año anterior. Mientras tanto, los gastos primarios descendieron un 30,8%, y los totales alcanzaron $ 4,457 billones, con una reducción del 11,9% en el mismo lapso, impulsados por el pago de intereses de la deuda que alcanzó $ 1,345 billón.

En este juego de números queda claro que los impuestos aumentaron un 15%, pero detrás de este aparente crecimiento se esconde un panorama injustamente desigual. El Impuesto a las Ganancias y los recursos de la Seguridad Social sufrieron descensos significativos del 40,3% y 26,5%, respectivamente, golpeando directamente a los sectores más desfavorecidos.

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Mientras el gobierno presume de un superávit, los gastos en áreas esenciales para la sociedad se desploman. Los subsidios al transporte aumentaron de manera abrumadora en un 144,9%, mientras que los programas sociales, transferencias a provincias, jubilaciones y pensiones, gastos en personal, asignaciones familiares y transferencias a universidades sufrieron caídas significativas.

La OPC destaca que los gastos devengados representaron el 11,1% del crédito presupuestario hasta enero, un aumento de 6,2 puntos porcentuales en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este desequilibrio, según la OPC, es "habitual en los ejercicios prorrogados", pero para la sociedad esto significa la dura realidad de tener menos servicios esenciales y una mayor desigualdad.

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Así, detrás del maquillaje del superávit de Caputo, emerge una imagen más clara: un gobierno que prioriza los números en papel sobre el bienestar real de su gente, sacrificando áreas críticas para mantener una fachada de estabilidad económica. Mientras Caputo aplaude, la desigualdad y el despojo se convierten en la realidad para los más vulnerables.

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Haciendo un análisis detallado sobre las jubilaciones mínimas podemos asegurar ha sido víctima por la puja política que dejó a los adultos mayores en una especie de montaña rusa económica.

Recordemos que entre 1993 y 2001, en la etapa neoliberal del menemismo y el gobierno de la Alianza, los jubilados experimentaron un congelamiento en sus ingresos, atrapados en un estancamiento cruel mientras la inflación y el dólar permanecían inalterados por el infame 1 a 1. En este período corresponde recordar recordar a la enorme Norma Pla con su lucha incansable por sus derechos.

En el fatídico 2002, tras la salida de la convertibilidad, la Jubilación Mínima real se desplomó en un desgarrador -49,5% en pesos y un abrumador -71,6% en dólares, marcando el inicio de una caída económica para los jubilados sin precedentes.

Ahora bien, durante el período 2003-2015, se consiguió gracias al infatigable Néstor Kirchner el descongelamiento de la Jubilación Mínima. Logrando otorgar un aumento por encima de la inflación y las variaciones del dólar. Esto significó un respiro para la economía cotidiana de los jubilados que vieron incrementos sus ingresos en un 188,7% en pesos y un impactante +935% en dólares. Sin embargo, como un juego de azar, esta racha de mejora llegó a su fin con la llegada de Mauricio Macri.

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Fue el gobierno del ingeniero Macri quien trajo consigo un panorama oscuro y tenebroso para los jubilados. Con Macri la caída de los ingresos fueron del 24,8% en pesos y un doloroso 46,7% en dólares. Esta fue una gestión que dejó cicatrices económicas en nuestros abuelas y abuelos, quienes llegaron a situaciones desesperantes como el suicidio de un jubilado en una oficina de ANSES.

Recordemos que las distintas Leyes de Movilidad Jubilatoria también dejaron su huella. Mientras que la Ley del gobierno peronista-Kirchnerista de 2009 a 2017 mostró mejoras significativas, mientras que la llegada de la Ley conservadora-neoliberal Macrista en 2018 significó un retroceso notable, con caídas del 21,3% en pesos y un amargo 44% en dólares.

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La suspensión de la Ley Macrista en 2020 fue un respiro temporal, pero la posterior implementación de la Ley de Alberto Fernández en 2021 significó para los jubilados, una caída del 2,1% en pesos y solo un modesto aumento del 26,8% en dólares.

Para finalizar en este breve resumen, debemos mencionar que la Jubilación Mínima en Argentina ha sido una serie de etapas de períodos de congelamiento, mejoras y retrocesos, evidenciando la falta de una política sostenible y consistente para proteger los ingresos de los jubilados. Los números hablan por sí mismos, y la realidad es que los años de jubilación en nuestro pais parecen más un viaje por una montaña rusa económica que una etapa tranquila y segura.

Fuentes:

https://www.latdf.com.ar/2022/04/evolucion-de-la-jubilacion-minima.html

https://www.pagina12.com.ar/712375-la-motosierra-sobre-los-jubilados

https://www.pagina12.com.ar/712240-el-superavit-de-caputo