A través de una carta pública, varios intelectuales argentinos defendieron la posición del gobierno de Israel y dijeron que el genocidio se trata en verdad de una lucha contra Hamas y que esa organización terrorista es responsable del terror que impone el gobierno de Benjamin Netanyahu
Sergio Villone // Sábado 09 de agosto de 2014 | 11:47
El escritor anti K Marcos Aguinis, el ex Poliarquía Sergio Berensztein, el ex guionista de Lanata, Marcelo Birmajer, el hijo de Tato y actual pareja de Viviana Canosa, Alejandro Borensztein, el siempre alterado Pepe Eliaschev, el filósofo opositor Santiago Kovadloff, el constitucionalista Daniel Sabsay y la encuestadora Graciela Römer, entre otros, dieron a conocer una carta en la que respaldan los asesinatos de niños y mujeres en Palestina por parte de Israel.
A sabiendas que la estrategia de calificar de antisemita cualquier crítica sobre el accionar del Estado israelí y/o del gobierno encabezado por el radical Benjamin Netanyahu no está dando sus resultados como antaño, prefirieron hacerle un giro y presentar una denuncia de una supuesta confabulación mundial contra Israel.
Infobae, de Daniel Hadad -otro de los medios argentinos que se muestra firme a la hora defender las posiciones del estado israelí y mitigar la matanza de palestinos en sus titulares-, publicó parte de la carta el martes, que hoy da a conocer en su totalidad el diario Perfil.
En ella, Aguinis y amigos intentan fortalecer el argumento central del alto mando militar de Israel: que esta es una lucha contra Hamas, no contra el pueblo palestino, llenando a esa organización de resistencia palestina de descalificaciones e insultos para erigirla como un gran demonio que lava las culpas israelíes. Y que los bombardeos israelíes contra hospitales, escuelas de la ONU y jardines de infantes son porque en ellos hay morteros con los que se disparan cohetes contra el territorio israelí.
“La guerra iniciada por el grupo terrorista y fundamentalista Hamas contra el Estado de Israel –única democracia del Medio Oriente donde se respeta la diversidad, la justicia y los valores individuales–, impide una paz que permita la convivencia de un Estado palestino con el Estado de Israel. Mantiene de rehén a los habitantes de Gaza e instaló rampas misilísticas y morteros en escuelas, hospitales, hogares infantiles y mezquitas, desde donde dispara indiscriminadamente contra poblaciones inermes.
Israel ha invertido masivos recursos en la construcción de refugios civiles y en el sistema antimisiles Cúpula de Hierro, lo cual impidió que sus víctimas fuesen millares. Hamas, en cambio, ha instalado sus lanzaderas de misiles en medio de la población, para que la réplica israelí pueda ser acusada de “genocida”. Cada muerto palestino es, así, utilizado como un punto en contra de Israel. Hamas lo sabe bien, por eso estimula que se produzca la mayor cantidad de víctimas en la población civil de Gaza. Mientras Israel se desespera por proteger a sus ciudadanos y ocasionar el menor daño posible, Hamas dispara sus cohetes de forma indiscriminada. Es una trampa muy evidente, pero que ha confundido a muchas personas y gobiernos. Además, ha estimulado una erupción de judeofobia mundial, al resucitar consignas medievales antisemitas, como la “perfidia” de los judíos y su placer en asesinar niños”, espetaron en su tramo más notorio.
Luego de aclarar que igualmente “deploramos las muertes inocentes”, concluyeron reiterando: “Denunciamos esta grosera campaña anti-israelí, que implica en los hechos un vergonzoso aval a los terroristas de Hamas””.
Semanas atrás, Aguinis había publicado otra misiva, en el Facebook de la Sociedad Hebraica Argentina, en la que aseguraba que los palestinos le causaban risa: “¿Quién diablos son los Palestinos para espantarnos? ¿Para hacernos sentir aterrorizados? ¡Ustedes nos hacen reír!”.
Más adelante, les recomendaba: “Tómenla suave, señores. ¡Venceremos también a los enemigos del presente! ¡No importa de qué parte de la historia humana se trate!”, para finalmente prometer: “Los árabes no lo saben todavía, pero aprenderán que sólo hay un Dios”.