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Los desesperados esfuerzos del diario La Nación, por animar a los argentinos a irse del país

En el portal de Noticias del diario conservador La Nación se publicó un artículo del periodista Luciano Román, quien es Profesor de Introducción al Periodismo en la Universidad Católica Argentina de La Plata (UCALP). Presentado como análisis, el texto se titula en forma de interrogación “¿Irse del país o quedarse? El desvelo de una clase media desilusionada.”

Los desesperados esfuerzos del diario La Nación, por animar a los argentinos a irse del país

Martes 21 de julio de 2020 | 12:27

(Por Walter Onorato) Generalmente se entiende por análisis la realización de un examen minucioso y pormenorizado de un tema que nos ayudará conocer su naturaleza, sus características, su estado y los factores que intervienen en aquello que queremos conocer. Ahora bien, el texto de Luciano Román llama poderosamente la atención en forma inmediata que no contenga o no aporte un sólo dato con lo que justifica sus argumentos. Pero hagamos un sencillo repaso párrafo por párrafo…

En el primer párrafo apela al sentido común con la trillada frase “vendemos todo y nos vamos del país” que además debo decir no es un testimonio, simplemente es un argumento literario que le sirve al autor para introducirnos en aquello que nos quiere comunicar.

A continuación expone la tesis del artículo que es la idea de que las familias de clase media quieren abandonar el país empujadas “por la crisis y la incertidumbre que se han acentuado con la eterna cuarentena.” Una situación, según el autor, comparable a la dictadura genocida de los militares o a la crisis económica del 2001. Un argumento del cual en primera instancia es una falacia pero suponemos que desarrollará y justificará durante el desarrollo del texto. Cosa que no sucede.

En un segundo párrafo el autor nos tira un dato a tener en cuenta. Las familias de clase media que quieren abandonar el país “son parejas de mediana edad”. Ahora bien, esta afirmación no está acompañada de ningún dato que sostenga la misma. En principio podría haber aportado datos de Inmigración o mínimamente alguna estadística de las salidas de pasajeros de los aeropuertos internacionales de la Argentina.

En lugar de encontrar una justificación seria, como decimos los historiadores con “datos duros” encontramos una lista de argumentos derivadas de aquello que denominamos sentido común y que no es más que el el conjunto de conocimientos, creencias o explicaciones que se encuentran fundamentados en la experiencia personal o la sabiduría popular y que al ser compartidos constantemente por la sociedad van tomando una categoría de veracidad a pesar de que el pensamiento científico demuestre que son falacias.

En un tercer párrafo da más precisiones sobre el grupo de personas que quieren abandonar el país, ya que el autor expresa que son “pequeños y medianos empresarios, profesionales, comerciantes, artistas, científicos y emprendedores” y lo hace utilizando el mismo recurso. Un párrafo lleno de poesía pero que no aporta ningún dato que justifique lo sentenciado. Un detalle interesante de este párrafo es cuando expresa que “ese segmento de la clase media que piensa en irse del país (o al menos fantasea con esa idea)”. En un claro reconocimiento de que la idea principal del artículo es una fantasía de una clase social, en una idea aspiracional no cumplida ni realizada y que como ya se dijo no no está avalada con ningún tipo de datos.

El cuarto párrafo, el profesor de la cátedra de Introducción al periodismo de la Universidad Católica de La Plata nos revela el destino elegido por aquellos que quieren abandonar el país. Habla de lo difícil que es poder iniciar una nueva vida en España, Francia, Italia, Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña o Alemania. Hace un relato de la difícil situación del contexto mundial y de cómo se están cerrando las fronteras. El autor tira un baño de realidad, casi el único del artículo cuando expresa que “es cada vez más arduo conseguir permisos de residencia, visas de trabajo, homologación de títulos. E inmigrar sin papeles puede implicar un salto a la marginalidad.”

El quinto y sexto párrado nos habla de las experiencias del desarraigo y de todo el sufrimiento por el que pasa un inmigrante en un estilo cercano a la narrativa literaria ya que nuevamente no aparta ni siquiera un testimonio que justifique los argumentos.

Esta huida de la clase media argentina, que pasada la mitad del artículo el autor no ha presentado un sólo dato de que así sea, asegura (no sabemos cómo) que “incluye la fuga de cerebros y de la energía creadora” que son negados desde “las cúpulas gubernamentales con cierta indiferencia.” Tengo la obligación, a pesar de ser reiterativo, de preguntarme de donde el autor sacó la sentencia sobre el gobierno, sin presentar un testimonio aunque sea la cita de una nota realizada por un colega.

Evidentemente no necesitan justificar las ideas porque llegamos al punto que necesariamente se debe explicar que no se trata de un artículo informativo y muchos menos del análisis que se prometió en el encabezado. De esta manera demostramos, con un simple análisis de texto, cómo se construyen ideas que luego son replicadas desde las redes sociales como verdades absolutas. Ideas que penetran en el entramado social con una solidez semejante a los conceptos dogmáticos de una religión que sólo son sostenidos por la fuerza de una fe que niega la realidad que desenmaraña con simpleza el método científico.

Link de la nota referida:

https://www.lanacion.com.ar/opinion/irse-del-pais-quedarse-el-desvelo-clase-nid2400791

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