Karina Alejandra Alonso Piñeiro, la esposa del Grosso, fue contratada por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dentro de la Secretaría de Medios para la Señal de Cable Ciudad Abierta.
noticiaslainsuperable.com.ar // Jueves 20 de diciembre de 2018 | 19:36
(Por Guillermo Carlos Delgado Jordan) Ya es vox populi que, desde hace años, el ex intendente Carlos Grosso integra la mesa chica del actual presidente Mauricio Macri. Dicen los que saben que Grosso, en el esquema de consulta del Presidente, está por encima de funcionarios de la talla del titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, o el jefe de asesores de Macri y amigo de la infancia, José Torello. A todos ellos, el Presidente los ve con frecuencia casi diaria y discuten temas de gestión. Pero ninguno está en la mesa chica, cuando hay que hablar de temas profundos, sensibles, complejos y de relevancia institucional.
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Tal relataba Clarín, con el presidente se conocen “desde hace más de 30 años, aunque Carlos Grosso dejó el Grupo Socma para dedicarse de lleno a la política casi al mismo tiempo en que Mauricio Macri comenzaba a dar sus primeros pasos en la empresa de su papá, Franco. Siguieron en contacto y Grosso no se privó de darle algunos consejos cuando fue Macri quien se metió en política. Hasta hace un tiempo, eso ocurría una vez cada tanto y sólo al pasar. Pero a principios de este año (2012), Macri le otorgó al polémico ex intendente menemista un lugar privilegiado en la mesa chica del PRO”.
Carlos Grosso, en 1992, tres años después de haber sido designado por Menem (no era un cargo electivo en ese entonces), debió renunciar a la intendencia porteña a raíz de una serie de escándalos por presuntos hechos de corrupción. Enfrentó 40 causas penales: por la concesión del Campo Municipal de Golf y del Velódromo de Buenos Aires -por lo que estuvo ocho meses preso, en 2002-, o la conocida como “escuela shopping”, por la que fue “sobreseído definitivamente” recién a fines de 2011.
Pero Mauricio y Macri no solo se entreveran en la vida pública. También lo hacen en la privada. Por ejemplo, en octubre del año pasado una empresa inmobiliaria, Río 23 S.A., constituida en 2008 por Sideco Americana S.A. y Socma Americana S.A., pasó a ser comandada por Carlos Grosso y su esposa, la periodista Karina Alejandra Alonso Piñeiro, quien oficiará de Presidente de la sociedad.
Justamente, también el año pasado, Karina Alejandra Alonso Piñeiro, la esposa del Grosso, fue contratada por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dentro de la Secretaría de Medios para la Señal de Cable Ciudad Abierta.
¿Será algo que también arreglaron Grosso y Mauricio en la mesa chica?
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