La empresa de electrodomésticos deja de fabricar cocinas y lavarropas. Ya desvinculó a 60 trabajadores. La UOM responsabilizó a las políticas económicas del Gobierno.
Miercoles 27 de junio de 2018 | 17:55
(Por Laura Vales) La planta Mabe de Haedo, donde la empresa de electrodomésticos fabricaba sus cocinas y lavarropas, dejará de producir para importar estos productos desde China. Así lo confirmó a PáginaI12 el secretario adjunto de la UOM Morón, Rubén Andrada. La fábrica quedará sólo con una dotación mínima, de unas 30 personas, para dar servicio técnico. Otros 60 trabajadores firmaron su desvinculación mediante retiros voluntarios.
“En la planta de Haedo, a partir de la semana que viene, sólo se va a recibir la mercadería para distribuirla”, contó Andrada. Agregó que la UOM hizo gestiones ante el Gobierno y que el titular del sindicato, Antonio Caló, se reunió con funcionarios de Industria. “Buscamos por todas las formas que la empresa continúe produciendo acá, pero ellos dicen que les conviene traer estos electrodomésticos de afuera. Lamentablemente, esto es producto de la política de abrir de manera irrestricta las importanciones.”
Mabe es una multinacional de origen mexicano que llegó al país en 1998. En sus primeros tiempos sólo importaba, pero a partir de 2003 fue desarrollando producción local. Según los metalúrgicos, la mayor parte de los componentes de las cocinas y lavarropas elaborados en la planta de Haedo eran de fabricación propia, con algunos insumos importados.
En la Argentina, Mabe tiene su marca propia junto con otras de fuerte inserción en el mercado, como Patrick y General Electric.
Ante la consulta de PáginaI12, la empresa respondió a través de una de sus páginas en las redes sociales con una declaración preformateada, en la que señala que Mabe “está concentrando la fabricación de sus plantas en todo el mundo alrededor de productos específicos, con el fin de aprovechar mejor los recursos para no incrementar sus precios y ofrecer productos de calidad al consumidor final”.
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354 DESPIDOS
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La pérdida de estos puestos de trabajo se suma a otras recientes cesantías de metalúrgicos en la planta de Palomar de Envases del Plata, ubicada como la sede Haedo en el municipio de Morón, que gobierna el intendente PRO Ramiro Tagliaferro, ex marido de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal. Allí, la semana pasada efectivizaron 68 despidos, llevando a 270 las cesantías en lo que va del año.
La metalúrgica es una compañía líder en la fabricación de envases de aluminio: era una de las dos proveedoras argentinas que abastecían a Unilever. El 80 por ciento de su producción era de envases de aerosol, de los que se usan para los desodorantes. También fabrican el papel de aluminio de los paquetes de cigarrillos y envoltorios de golosinas.
La crisis laboral se desató a raíz de que Unilever pasó a importar los envases de aerosol. “En diciembre fabricábamos 30 millones de aerosoles, ahora hacemos 6 millones por mes”, señaló Agustín Colovos, delegado de la fábrica. También él contó que hubo reuniones con el (entonces) secretario de Industria, Francisco Cabrera, la UOM y representantes de la empresa, buscando una salida, “pero el Gobierno no dio ninguna. Incluso hubo un pedido para que Aluar rebajara el precio del aluminio, y la respuesta fue que lo trajeran de afuera. Y eso es lo que está pasando: lo traen de China y Aluar está despidiendo trabajadores”.
En 2017, por la caída de la demanda, la empresa había cerrado una planta en San Luis. En la fábrica de Morón, antes de este ajuste, hubo varios intentos de flexibilizar las condiciones de trabajo, con la imposición de la multifunción en dos áreas, mantenimiento y compactado. Esos intentos fueron frenados, pero el escenario se volvió otro tras la decisión de importar.
Los despidos se concretaron mediante indemnizaciones. La empresa las pagó de una vez y contrajo al mínimo la producción en su planta. Otros de sus productos, como el papel metalizado y las bandejas de aluminio, se siguen haciendo pero en niveles que están por la mitad de los previos.
“Estamos haciendo malabares para frenar más despidos, pero el gobierno nacional no se quiere mover un centímetro de sus políticas desindustrializadoras”, apuntó Andrada, el segundo de la UOM Morón. “Es desesperante porque vemos cómo va a perderse mano de obra capacitada, porque la gente que se va de acá no tiene otro trabajo. Hubo años de esfuerzos para recuperar el conocimiento técnico después de la crisis de los ‘90. Hoy repetimos la misma caída.”
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