Después del escándalo del robo y la dudosa proveniencia de los fondos que tenía en su domicilio la vicepresidenta Gabriela Michetti, y tras la revelación de los negocios de su novio Tonelli con el Gobierno de la Ciudad, de donde cobró más de dos millones de pesos en pauta y contrataciones directas para eventos, su fundación es salpicada por una nueva polémica.

Eduardo Gutiérrez comenzó sus vínculos con la política y la obra pública en el municipio de Pilar, donde tuvo experiencia incluso como funcionario. Desde allí multiplicó negocios y relaciones en el mundo de la obra pública, hasta convertirse en uno de los empresarios más ricos del país.

Presidente del Grupo Farrallón, empresa desarrolladora de grandes urbanizaciones privadas en municipios del corredor norte, en los últimos meses quedó en el ojo de la tormenta cuando se reveló que la casa donde vivía José López está a su nombre. Desde entonces, muchos comenzaron a apuntarlo como el “testaferro” del ex funcionario al que se encontró en poder de millones de dólares en efectivo.

Ahora se reveló que el Grupo Farallón figura como uno de los principales aportantes a la fundación Suma, de la vicepresidenta Gabriela Michetti.

Según informó este martes el portal Big Bang News, Gutiérrez aparece como colaborador de la Fundación Suma, la ONG que encabeza la presidenta Gabriela Michetti. El vínculo es cercano al punto que Gutiérrez fue con su esposa a la última cena de recaudación de fondos que organizó la entidad y fue allí fotografiado con la vicepresidenta.